sábado, 25 de agosto de 2007

silbury hill




Al norte de la llanura de Salisbury, se halla el mayor cerro o montículo artificial creado por el hombre; se trata de Silbury Hill. Ofrece un espectáculo fascinante a la vista, puesto que se halla en un terreno prácticamente llano del que sobresale.
El cerro, cubierto de hierba, fue construído con bloques de piedra caliza hacia el año 2750 A.C. Tiene dos hectáreas y mide 39,6 metros de altura, de forma cónica y plano en su parte superior. El montículo tiene un diametro aproximado de 190 metros, por lo que es el túmulo más grande conocido en Gran Bretaña. Fue construido en cuatro etapas a partir de tierra, carbón y cascote, aunque su terminación pudo haber durado décadas.
Durante mucho tiempo fue considerado una gigantesca tumba que contenía los restos de un importante personaje, concretamente al enigmático rey Sil o Zil, sin embargo los estudios arqueológicos adelantados en los últimos años no han podido confirmar esta sospecha. No obstante, su imponencia en el entorno lo coloca como una incógnita sagrada. Se cree también que esta construcción tiene algo que ver con la fertilidad de la tierra, por lo que podría representar el vientre embarazado de alguna diosa. Otra incognita se cierne en Silbury, donde la tradición dice que en ese cerro viven las hadas y que los antiguos les construyeron esa morada, por lo que podemos admirar un arte estrechamente relacionado con la tierra y la religión.

extraido de la pagina:http://www.viajessagrados.com/Avalon/SilburyHill.htm

avebury




A noventa millas al oeste de Londres y 20 millas al norte de Stonehenge se levanta Avebury, el anillo de piedra conocido más grande del mundo.
Más antíguo que el más famoso Stonehenge, y para muchos visitantes, mucho más espectacular. Los múltiples anillos de Avebury están cubiertos de misterios que los arqueologos están apenas empezando a desvelar.
El gran círculo está formado por un talud de piedra de yeso cubierto por hierba, que mide exactamente 1,396 pies de diámetro (427 metros) y 20 pies de altura (6 metros) con un talud más profundo que tiene 4 entradas a los puntos cardinales.
Justo dentro de la trinchera, que claramente no fué usada para propósitos defensivos, yace un gran circulo de piedras de Sarsen enormes e irregulares delimitando aproximadamente 28 acres de tierra.

El círculo, compuesto originalmente de al menos 98 piedras pero que ahora solo tiene 27, encierra a su vez dos círculos más pequeños de piedras, cada uno de unos 340 pies (104 metros) de diámetro. Los dos círculos internos se cree que fueron construidos en primer lugar, alrededor del año 2600 A.C, mientras que el anillo exterior y los trabajos de movimiento de tierras datan del 2500 A.C. La construcción del complejo de Avebury debe haber requerido enormes esfuerzos por parte de los habitantes locales. Las piedras Sarsen, de una altura de 9 a más de 20 pies y pesando hasta 40 toneladas, fueron primeramente levantadas del lecho de cantera y luego arrastradas unas 2 millas hasta su lugar definitivo.
Estas piedras fueron primeramente levantadas y ancladas al suelo a profundidades entre 6 y 24 pulgadas. La excavación de la trinchera circular requirió un estimado de 200,000 toneladas de roca partida y separada con las más primitivas herramientas de piedra y cuernos de alce (Hay evidencia de que alguna vez este círculo estuvo lleno de agua, dando a los anillos interiores la impresión de estar situados dentro de una isla).
O riginalmente había 154 piedras de las cuales solamente 36 permanecen en la actualidad.
Durante más de 30 años, el estudioso Stukeley hizo cuidadosas mediciones y numerosos dibujos del lugar, dibujos que son nuestra única fuente documental para ver la complejidad e inmenso tamaño del antíguo templo. Stukeley fué el primer observador moderno en reconocer claramente que el plano original de Avebury era la representación del cuerpo de una serpiente pasando a través de un círculo. formando un símbolo tradicional alquímico.
La cabeza y cola de la enorme serpiente fueron delineadas por avenidas de 50 pies de anchura de piedras erectas, cada una extendiéndose 1 y 1,5 millas dentro de los campos.

extraido de lapagina: http://www.viajessagrados.com/Avalon/Avebury.htm

lunes, 20 de agosto de 2007

la misteriosa isla de avalon




Isla de Ávalon

En esta isla aparecen referencias concretas que relacionan su carácter extraordinario (ya citado más arriba, eterna juventud, abundancia, etc.) con otro cuerpo legendario: el griálico del rey Arturo. ¿Completándolo?. En ella se unirían así la simbología femenina de la sabiduría (Sofía) de la copa, o receptáculo, con la ancestral Diosa Blanca inspiradora de los poetas y fuente de la vida y la muerte, y los mágicos territorios paralelos donde “ese tipo de cosas” tiene lugar.

En el siglo XII, cuando surgió y se extendió por toda Europa la leyenda del grial (ver esta sección de mitos en otro número de wakan), el escritor Geoffrey de Monmouth fue quién popularizó la conexión de Arturo con la isla de Ávalon, a donde fue conducido una vez muerto y donde se dice que permanece “dormido”, guardado su profundo sueño por el Hada Morgana (según el poeta y estudioso de los mitos antiguos Robert Graves sería la misma identidad de la Dama del Lago, con distinto nombre, y a su vez ambas serían nombres diferentes de la Diosa Blanca, la gran diosa primordial). Su sueño duraría hasta el momento en que despertaría al ser necesitado. El poeta Lydgate del siglo XV describe a Arturo como “un rey coronado en el país de las hadas”.

Justo en este siglo, en 1191, los monjes de la abadía de Glastonbury anunciaron el descubrimiento de una posible tumba de Arturo y así es como lo venden todavía a los turistas de esta colina sagrada, ya que desde la más remota antigüedad fue un enclave sagrado para las diferentes religiones. Es un lugar fuertemente empapado de conexiones y puertas con otros mundos.

Ávalon se deriva de la palabra arcaica inglesa “aval”, manzana, y de ahí vendría el nombre de isla de las manzanas. Fruto especialmente relacionado con los cultos femeninos más antiguos y uno de los símbolos de Afrodita, y asociada entre los celtas con la inmortalidad. Curioso también que en la Biblia cristiana sea un fruto asociado con el conocimiento, más allá del bien y del mal. El centro de la manzana con sus pepitas forma una estrella de cinco puntas, de ahí el famoso pentáculo mágico. Y uno de los trabajos de Hércules es el de robar las manzanas del jardín de las Hespérides. Los celtas llamaban también a esta isla Isla de Cristal o Isla Radiante y allí colocaron una entrada a otro mundo. El ya citado Geoffrey de Monmouth la llama Isla Pomor en su “Vita Merlin”.

Merlín, enigmático y multifacético personaje, asociado al poeta Taliesin y el caldero mágico. Y es que antiguamente un poeta no era un simple hacedor de versos (para los más sensibles ahora tampoco, aunque en todo caso no tendría tanto “poder” como antes). Tenía también algo mágico como intermediario entre la dimensión de los dioses y la humana, y el efecto de sus versos era abolir el espacio y el tiempo humanos, acceder literalmente a otras dimensiones, a través del nivel más profundo de la nuestra. Un poder de revelación de la esencia de las cosas y un “fijador” del tiempo por un lado, y materializador por otro a través de su palabra. Taliesin-Merlín es una figura clave en la leyenda sobre la diosa galesa Cerridwen, que a su vez es uno de los nombres de la gran diosa triple primordial a la que estaría dedicada la isla de Ávalon bajo los nombres, ya citados, de Dama del Lago y Hada Morgana.

Esta diosa tenía dos hijos, uno oscuro y feo y el otro, una hija blanca y bella. Cerridwen era dueña del caldero del Otro Mundo, donde se cocinaban la inspiración y el conocimiento y en él decide preparar la poción mágica que dará a su hijo oscuro la suprema inteligencia y la visión sagrada, para equilibrar su fealdad. Para ello elige como ayudante al pequeño Gwion, para removerlo durante su larga cocción durante un año y un día, con la prohibición de no tocar nunca el líquido ardiente. Pero al cumplirse el plazo 3 gotas candentes caen sobre un dedo de Gwion y para aliviar el dolor éste se chupa el dedo y de inmediato conoce la naturaleza y el significado de todas las cosas, tanto del presente como del pasado y el futuro. Por eso se da cuenta de que tiene que huir. Cerridwen le persigue y durante esa persecución ambos adquieren formas simbólicas complementarias (liebre-perro de caza, pez-nutria, pájaro-halcón, grano de trigo-gallina negra). Con esas últimas formas ella se traga al grano de trigo Gwion y se queda embarazada. Su hijo, será uno de esos niños míticos abandonados en una corriente de agua. Será Taliesin, que significa el “muy valioso”, o “muy radiante” que se convertirá en el más grande poeta de todos los tiempos.

Ese caldero mágico se halla en Caer Sidi, el castillo espiral de la muerte que lleva a la vida, lugar asociado también con Ávalon, el reino de la transmutación. Donde los mundos se conectan y confunden y sólo los preparados para afrontar el Misterio pueden recorrer sus caminos. Mujer, Diosa, Serpiente y Manzana, elementos todos ellos relacionados con la Diosa Primordial.

En los alrededores de la colina de Glastonbury se levantaban alrededor de 30 menhires, posible observatorio astronómico y señal del carácter sagrado milenario del lugar, complementado por un manantial sagrado y el “laberinto druídico” construido como vereda procesional. Aunque la mayoría de las piedras ya habían sido removidas a finales del siglo XIX, aún permanece una considerada piedra de poder y llamada La Roca Viva. Se dice que quien la toca al amanecer o a media noche siente una corriente eléctrica que emana ostensiblemente de ella. En Ávalon también fue forjada la espada sagrada Excalibur del ciclo artúrico y cuya “propietaria” es la Dama del Lago, al fondo del cual retornó. Y en Ávalon también vivirían las 9 (otro número asociado a la Diosa Blanca en relación con las fases lunares y su duración) doncellas hermanas del Hada Morgana, guardianas del caldero mágico. Algunos de estos seres, la más conocida el Hada Morgana, fueron satanizados por el cristianismo convirtiéndolos en seres malignos con poderes maléficos.

Como decía el poeta Rilke a principios del siglo XX, quien se acerca a ese lugar sin abrirse a las posibilidades de ser, sólo verá la abadía de Glastonbury. Imposible ver el lago ni la isla sagrada, ni sus misteriosos habitantes. Yo añadiría que el conocimiento para él será un imposible. Sólo tendrá acceso a la información.

[Tesa Vigal]
extraido de la pagina: http://www.ulises-valiente.com/wakan/numero17/Mitos17.htm

viernes, 3 de agosto de 2007

el manantial del caliz





Otro emplazamiento sagrado de Glastonbury es Chalice Well, el Manantial del Cáliz. Al parecer, mientras que la Tor era un emplazamiento para los druidas, en este lugar había algún tipo de sacerdotisas que cuidaban esta especie de jardín encantado, con
un manantial de frías aguas con propiedades medicinales. Hay quien le llama el Manantial Rojo o Sangriento, ya que el agua, rica en hierro, deja un rastro rojizo por donde pasa. La fuente del manantial se llama Vesica Piscis y cuenta con un símbolo, que también se encuentra en la puerta de entrada al jardín, conectado con la geometría sagrada que representa la dualidad: dos circunferencias unidas, cuya intersección está atravesada por una línea recta. Esta imagen fue diseñada (basándose en otros modelos de la antigüedad) por Frederick Bligh Bond, arqueólogo y vidente que excavó la Abadía a comienzos del siglo pasado, como un símbolo de paz universal.
El agua fluye pura e incontaminada de forma continua y permanente (más de 100.000 litros diarios) a 11 grados, independiente de la temporada o el clima exterior. De hecho, hasta se dice que este agua es ajena al ciclo de evaporación - nubes - lluvia, desconociéndose la profundidad
de la que procede.Y hasta hubo tiempos de sequía extrema en los que el único agua que había en Glastonbury era la de este manantial. Bajo la tapa hay dos cámaras orientadas norte-sur; una de ellas tiene cinco paredes de piedra que parecen guardar cierta similitud con las unidades de medida del antiguo Egipto, por lo que se piensa que pudo servir como lugar de ceremonias de iniciación.Para beber hay una fuente llamada la Cabeza de León, donde también está uno de los tres espinos (crateagus monogyna praecox) descendientes del que floreció milagrosamente del bastón de José de Arimatea, cuando este lo clavó en tierra al llegar a Glastonbury. Este árbol es originario de Líbano, y echa al mismo tiempo flores (blancas) y bayas (rojas), y justo cuando es tiempo de las dos grandes fiestas cristianas: Navidad y Pascua. Y de la Cabeza de León, el agua va al jardín del rey Arturo, donde estuvo la piscina en la que se introducían los peregrinos, cubriéndoles todo el cuerpo. En la época victoriana estuvo muy concurrida, ya que entre la nobleza se puso de moda ir a tomar las aguas. Aquella piscina quedó transformada en el actual pequeño estanque donde sólo se pueden meter los pies. Y de este jardín, el agua baja por unas pequeñas cascadas con formas orgánicas, teñidas por el rastro rojo que los minerales han ido depositando con el tiempo, para acabar en una pequeña balsa con la forma de vesica piscis. Además de los minerales en suspensión, se atribuyen los poderes medicinales de estas aguas a una fuerza vibratoria relacionada con la energía telúrica. De hecho, Chalice Well está situada justo en la intersección de dos líneas imaginarias que unen, por un lado la Tor y la Abadía, y por otro, la colina de Wearyal Hill, la antigua Ynys Witrin donde recaló José de Arimatea, y los árboles Gog y Magog, los robles a la entrada del viejo camino de los peregrinos. En Chalice Well hay un tejo cuyo tronco se ha ido transformando en un símbolo vulvar, una forma de representación de la Diosa. En otros lugares del jardín hay otros tejos. Estos eran unos de los árboles sagrados de los druidas, que los consideraban símbolo de muerte y resurrección; los plantaban en emplazamientos ceremoniales y en su calendario representaban la entrada del invierno.

Gwynn ap nudd


Gwynn Ap Nudd Una de las más viejas leyendas de Glastonbury asegura que la Tor era la puerta de entrada al Otro mundo en el que creían los celtas. Esta puerta estaría guardada por Gwynn ap Nudd, que surgiría desde este lugar en la vísperas de nuestra noche de San Juan, dirigiendo la Cacería Salvaje, junto a su jauría de perros, y todos juntos buscarían las almas de los que muriesen recientemente para llevarlos a su mundo subterráneo, donde descansarían en el caldero de la resurrección, no sin que antes Tyronoe, otro de los aspectos del a Gran Madre, obligase a cada uno a mirar en el espejo donde se reflejaban sus más oscuros secretos.Gwynn significa dragón rojo, y rojo es el dragón que actualmente figura como símbolo del condado de Somerset, de igual forma que lo fue del rey Arturo y de la cercana Gales. Este personaje también está asociado, en antiguos textos, como el Mabinogion, con el control de esta tierra durante los meses oscuros del año, mientras que los luminosos estarían a cargo de su contrapartida, Gwythyr ap Greidyawl, representado por un dragón blanco. Estos lucharían y se relevarían en las fiestas de Beltane (mayo) y Samain (noviembre). Curiosamente, los dos manantiales de Glastonbury tienen aguas rojas (Chalice Well) y aguas blancas (White Spring), y las leyendas cristianas aseguran que José de Arimatea trajo el Grial donde recogió la sangre y el sudor de Cristo. Como en todos los lugares con tradición férica, hay historias de alguien que logró entrar en esa dimensión por un día y una noche, pero al salir vio que realmente habían pasado años y no podía reconocer a nadie. También se cuenta que un abad de Glastonbury recibió la invitación de Gwynn para visitar su palacio. Este accedió, pero subió al Tor con un frasco de agua bendita. En el palacio había una fiesta con los habitantes del país de las hadas vestidos con sus mejores galas, aunque sólo en rojo y blanco, los colores de fuego y el hielo. El monje rehusó a comer de los manjares que le ofrecieron y en un momento determinado arrojó el agua bendita, evitando así la posibilidad de quedar atrapado en aquel lugar, ya que inmediatamente se encontró solo en la cima de la Tor. Como el cristianismo acabó considerando diablos a todos los dioses o seres sobrenaturales del mundo pagano, el monasterio de la Tor fue dedicado a san Miguel, el arcángel matador del dragón, otra representación de Satán. Tal como escribió Gregorio el Grande a los misioneros: "los templos deben dejar de ser centro de adoración de demonios para estar al servicio del Dios verdadero. Así, el pueblo, viendo que sus templos no son destruídos, podrá eliminar el error de su corazón y acudirá más libremente a los lugares a los que está acostumbrado".